Todo comunica
Cuando desarrollamos un proyecto, sea del tipo que sea (un grupo, un sello, una agencia, un estudio...), debemos tener en cuenta que todo comunica. Es decir, todas las acciones que llevemos a cabo, tanto online como offline, van a tener un impacto en la manera en que nos percibe el público, y cada movimiento que realicemos va a ayudar a perfilar el carácter del proyecto.
Por este motivo, es sumamente importante cuidar cada detalle, porque todos los elementos son definitorios de nuestra esencia.
Cuando hablamos de cuidar no nos referimos a magnificar la realidad de las acciones. No todo lo que mostramos deben ser fuegos artificiales o grandes noticias, es más, puede ser contraproducente si no se dimensiona concorde a la verdad de la iniciativa. Sino que debemos atender cada pequeño elemento y comunicarlo siendo coherentes con la estructura del proyecto.
Los resultados van a ser mucho más positivos si respetamos la personalidad del proyecto.
Un ejemplo fácil: una banda pequeña. Aunque no tenga algunas de las ventajas que puede presentar una grupo ya establecido, puede gozar de gran proximidad con su público. Mantener esta esencia y aprovechar la oportunidad de tener un trato personalizado con sus fans va a facilitar una comunicación mucho más sincera, ágil y directa.
Esto no significa que debamos desistir en aspirar a escalones más altos, sino que debemos entender y aceptar en qué fase estamos y crear estrategias coherentes que nos ayuden a crecer de manera estable.
Habréis visto que la coherencia ha ido apareciendo intermitentemente a lo largo del post. Pues, aunque pueda parecer obvio, es la base de la comunicación de todo proyecto, y no siempre se encuentra en todos los elementos que lo conforman.
Cuando decimos que debemos ser coherentes, estamos destacando que es esencial expresar qué es y cuáles son los valores de nuestro proyecto de la forma más sincera y natural posible.
Hay dos aspectos fundamentales que van a marcar nuestra comunicación: la imagen y el tono.
La imagen: Es la primera percepción que reciben de nosotros. Querremos que se identifique rápidamente y, para ello, deberemos tener muy claros los conceptos clave. Trabajar el diseño visual facilitará que nuestro público potencial reconozca nuestros productos a primera vista.
Si sois artistas y tenéis una personalidad diferenciada, el acompañamiento del diseño visual podrá reforzar vuestra presencia (siempre y cuando no eclipse el mensaje constitutivo del proyecto musical).
El tono: Es la manera de comunicar. Debe ser adaptado no solo a todas las variables del producto en sí, sino también al canal mediante el cual se transmiten las ideas y novedades.
Un buen ejercicio para empezar es escoger tres valores que definan la marca, y analizarlos para identificar qué tono sería el más adecuado: ¿Usamos el humor?, ¿Redactamos de manera informal las publicaciones?, ¿Marcamos una distancia con el uso de tercera persona?... Hay que plantearse qué consecuencia va a tener cada elemento, y adecuar el tono para mantener la coherencia.
La imagen y el tono estarán presentes en todas las acciones, por ello, debemos prestarles especial atención.
Todo comunica, incluso los silencios. Establecer pausas estratégicas para dejar reposar los trabajos, hacer autoanálisis y crear expectativa es de vital importancia para no saturar a los seguidores y ofrecer contenido de calidad.
Este proceso, de cura y definición de la imagen, debe desarrollarse en paralelo y de la mano desde la primera idea hasta el final del proyecto, para asegurar una comunicación fluida, congruente y que fomente la vinculación con el público.
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