¿Cuáles son las funciones de la figura del mánager musical?

Si eres artista y te preocupa tu carrera habrás pensado en algún momento en contratar a un mánager. Y, muy probablemente, te hayan asaltado las dudas: ¿Dónde puedo encontrar el servicio? ¿En qué me ayudará? ¿Me conseguirá conciertos? ¿Realmente vale la pena?

Es común confundir el rol del mánager con el de una figura 360º que ejerce de agente de prensa, booker, gestor y, prácticamente, de cualquier cargo que pueda intervenir en la carrera de un artista. De la misma manera, se tiende a pensar -tanto desde dentro del sector como desde fuera- que un mánager es aquella persona que se encarga de buscar conciertos; y no, no lo es. Esta es una labor propia de las agencias de booking, las cuales están especializadas en la venta y contratación de espectáculos, y no del mánager (estad atentos si os interesa porque profundizaremos en el tema del “booking” en los próximos artículos).

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Aunque las funciones del mánager artístico han ido cambiando a lo largo de los años, su cometido base e invariable es el de guiar al artista en su carrera. ¿Qué quiere decir esto?

Quiere decir que el mánager es aquella persona que está junto al artista, velando por el desarrollo de su carrera. Representa al artista dentro de la industria, y asesora y gestiona en todos los aspectos de manera consensuada para intentar lograr el mayor beneficio laboral, artístico, económico y promocional. De esta forma, es la persona de confianza que negocia con todos los sujetos y empresas que intervienen en el proyecto artístico (promotoras, discográficas, editoriales, agencias de publicidad, encargadxs del desarrollo de la imagen del artista…).

Lo ideal es que un mánager se una a un artista desde los inicios de su proyecto para tener una visión amplia y poder trabajar en su desarrollo desde cero. Es importante si la interacción se produce desde el comienzo que se perciba como  una inversión para ambas partes, la cual requiere una confianza firme tanto en la guía como en el proyecto. El mánager no solo estará aconsejando profesionalmente, sino también en temas relacionados con asuntos personales que puedan afectar al desarrollo y transcurso de la carrera del representado.

Es común entre los artistas querer un “mánager” - y lo ponemos entre comillas porque no sería este el término adecuado - que haga booking, management y, a poder ser, prensa. Esto es como pedirle al guitarrista del grupo que toque la batería y el bajo a parte de la guitarra: según la técnica que este tenga lo podrá hacer mejor o peor, pero en ningún caso podrá hacer las tres cosas bien al mismo tiempo por razones obvias.

Sabiendo que la labor esencial de un manager es guiar la carrera profesional de un artista ¿Qué hace entonces en su día a día?

  • Supervisa los intereses del artista para asesorarle, gestionar y tomar decisiones de manera que se consigan los objetivos deseados, vinculando y coordinando a los equipos de trabajo necesarios (empresas de promoción y comunicación, promotoras, campañas de publicidad, estudios de grabación, booking, etc.).

  • Planifica (que no ejecuta) promociones y estrategias para el lanzamiento de nuevos trabajos o para la realización de giras.

  • Realiza acuerdos con marcas comerciales, empresas e instituciones públicas y supervisa los contratos correspondientes

  • Hace de puente entre el artista y el mundo exterior, no solo a nivel empresarial como se ve en los puntos anteriores, si no también en el creativo. Presentándole a gente, libros, ideas, etc., que le puedan inspirar, siempre teniendo en cuenta sus gustos e intenciones artísticas.

  • El mánager gestiona la carrera del artista y debe diferenciarse del booker o representante, el cual se encarga de vender el espectáculo.

Por ejemplo, en una tienda de electrodomésticos el mánager sería el director de la tienda y el booker o representante, el comercial que se dedica a vender electrodomésticos.

A menudo no se valora la dificultad que conlleva dirigir la carrera de un artista y conseguir que alcance todos sus objetivos profesionales y artísticos manteniendo su integridad física y emocional (no nos olvidemos de que trabajamos con personas). Guiar al artista en estos aspectos no deja de ser una tarea de dirección equiparable a la que pueda hacer cualquier CEO de cualquier otro tipo de empresa.

El artista debe entender que la creación y comercialización de música y espectáculos sigue un engranaje similar al de la producción industrial, y que por tanto va a tener que asesorarse en temas fiscales, de imagen, comunicación, promoción, marca, organización de conciertos, grabación e, incluso, puede necesitar ayuda en momentos de bloqueo creativo.

Todas estas tareas son ejecutadas con el consenso del artista y siempre teniendo en cuenta sus objetivos profesionales y artísticos, velando por la integridad de la propuesta artística.

Si tenéis dudas sobre management o queréis saber si os conviene o no esta figura y qué podría hacer por vosotros, nos podéis presentar vuestro proyecto aquí.